Escrito de Heinz Guderian dirigido a Adolf Hitler datado en 19.10.1943 en el que el Inspector General de las Tropas Acorazadas hace un análisis muy crítico sobre la situación del Arma Acorazada en el Frente del Este y donde advierte sobre la urgente necesidad de retirar temporalmente las exhaustas y descompuestas divisiones acorazadas del frente con el fín de poder ser estas renovadas personal y materialmente. Apenas un mes más tarde Guderian volvería a dirigirse a Hitler en relación a este tema en un tono mucho más crítico (véase este documento)

H.Qu.OKH, el 19.10.1943

Der Generalinspekteur der Panzertruppen

Ia. Nr. 1301/43 g.Kdos.








Mi Führer !

I.


El Estado Mayor planea al parecer el introducir modificaciones en la organización del Arma Acorazada con el objetivo de disolver las divisiones acorazadas (Panzer-Divisionen) y sustituirlas por los denominados como Grupos de Combate (Kampfgruppen).

Debe de tomarse una clara decisión sobre el futuro desarrollo del Arma Acorazada.

No ignoro las dificultades de la actual situación, ahora bien, antes de que se tomen decisiones fundamentales sobre la organización del Arma Acorazada, debo de indicar cómo se ha desarrollado el combate acorazado hasta el día de hoy así como cuales deben de ser las conclusiones a las que se debe de llegar.

Estas indicaciones se realizan teniendo en cuenta la actual y crítica situación en el Este y su posible futuro desarrollo así como el de los frentes Oeste, Sur y Sureste.


El Arma Acorazada se ha apartado en el transcurso de los dos últimos años de los principios básicos de operaciones a los que debe sus grandes éxitos de los primeros años de la guerra. De ser un instrumento operativo decisivo en combate ha pasado a convertirse cada vez más en una herramienta de las defensas de infantería locales. La última gran operación en Kursk desgraciadamente solo ha ralentizado esta tendencia.

En el Frente del Este las divisiones acorazadas se encuentran desde el 5.7. involucradas en graves combates, acompañados de continuas luchas defensivas y retiradas. Característico de los combates de las últimas semanas es que las unidades acorazadas no son empleadas como fuerza de reserva móvil de choque sino que son empleadas en su masa y de forma constante en amplios sectores defensivos, de donde solamente son retiradas para, tras recorrer largas distancias de varios cientos de kilómetros, volver a ser lanzadas al combate. A menudo las unidades acorazadas sufren modificaciones en su composición orgánica, el fundamento de su fuerza combativa. Todo esto conduce a un rápido consumo de su capacidad de combate y a menudo a derrotas que conmocionan la confianza que las otras Armas han depositado en ella. Las divisiones disponen solo de una parte de su capacidad de combate original y están formadas en la actualidad generalmente por un batallón de infantería motorizada apoyados por algunos carros de combate así como por una relativamente fuerte y en parte todavía intacta artillería acorazada.

A pesar de este parcial desangre sufrido, las divisiones acorazadas todavía disponen de aquellos elementos que en un principio las caracterizaron: gran movilidad, material humano formado por especialistas de gran calidad y muy compenetrado así como equipos de mantenimiento, reparación y de abastecimiento.


Por estos motivos la capacidad de combate de las divisiones acorazadas puede, en un periódo de tiempo relativamente corto y sin la necesidad de introducir modificaciones orgánicas, mejorarse y alcanzar el nivel de este verano. Ahora bien, para ello en un muy corto plazo de tiempo deben de retirarse del frente, aunque solo sea por unas pocas semanas, durante las cuales las divisiones puedan por fuerza própia regenerar una parte de su poder de combate original (reorganización de sus unidades y reparación y mantenimiento del equipo) así como ser reabastecidas con nuevo personal y material, de forma que en un tiempo mucho más corto del que se precisa para la creación de nuevas divisiones, se podría volver a disponer de tropas de gran eficiencia. Las divisiones acorazadas todavía disponen de una reserva de primer orden cuya rápida movilización no solo es posible sinó necesaria.


La actual situación está marcada por la falta de resistencia de la Infantería así como el consiguiente peligro al que se vé amenazado el frente entero. La única posibilidad de estabilizar la situación es la de reestablecer la capacidad de combate de la mayor parte de las divisiones acorazadas estacionadas en el Frente del Este, ganando de esta forma rápidas reservas móviles. Esto coincide plenamente con la petición del Grupo de Ejercitos Sur (Heeresgruppe Süd) que vé como la medida más urgente el refresco de las divisiones acorazadas. Al destruir las puntas de ataque enemigas en las zonas más peligrosas, las fuerzas acorazadas ayudan de una forma rápida y determinante a la en tan duros combates involucrada Infantería. Esta es la medida más segura para conseguir solucionar la actual situación. Todas las medidas restantes con el objetivo de aumentar la capacidad de combate de la Infantería, pueden contribuir a asegurar el éxito pero no serán suficientes si no existen potentes tropas rápidas en los focos de nuestras defensas. El gran respeto que aún hoy en día tienen los rusos por el Arma Acorazada alemana y que una y otra vez se demuestra en su cautela frente a ellas, es la clave para volver a recuperar la iniciativa y así la superioridad moral.


Tambien el inglés continuará evaluando a los alemanes en función a su número de divisiones acorazadas y no al de otras Armas.


La primera condición para volver a recuperar poderosas tropas acorazadas en el Frente del Este es por lo tanto el refresco personal y material de las divisiones acorazadas.


Fusiones, reorganizaciones y disoluciones dentro del Arma Acorazada suponen siempre un debilitamiento de la capacidad total del Ejercito.


La guerra no se decidirá aumentando el número de armas defensivas y de apoyo, sinó manteniendo y aumentando el número de armas de ofensivas.


Para la rápida reinstauración de la capacidad de combate de las divisiones acorazadas es necesaria una suficiente asignación de armas y de personal. Especialmente urgente es la asignación de la masa de la producción de carros de combate a las divisiones acorazadas en refresco. Generalmente todavía se dispone de tripulaciones con experiencia. El Arma Acorazada puede ser rapidamente fortalecida, especialmente si como se ha planeado, la producción del Panzer IV no solo continúa sino que logra aumentarse.


Los gritos en favor del cañón de asalto, comprensibles por la necesidad del momento, no nos deben de confundir: esta necesaria y probada Arma solo tiene unas posibilidades de uso limitadas y no resiste ninguna comparación con el carro de combate. Cuando en muchos informes se escribe sobre la superioridad del cañón de asalto sobre el carro de combate, esto se hace de una forma subjetiva basada en la popularidad del cañón asalto entre la Infantería y no basada en hechos reales. El limitado campo de giro del cañón (24° contra 360° del carro de combate), la debilidad de sus flancos y parte trasera, peor visibilidad así como la falta de una ametralladora convierten al cañón de asalto en un arma de apoyo de la Infantería y sus operaciones precisan de un constante acompañamiento de la Infantería. Las menores pérdidas de cañones de asalto en comparación con los carros de combate se explican por el hasta ahora mayor blindaje frontal así como por su uso, mucho más cuidadoso y siempre desde posiciones cubiertas. A este Arma le falta la rapidez y la maniobrabilidad, especialmente en terreno abierto, y así la capacidad de combatir al enemigo independientemente de la Infantería. Desde que el Panzer IV dispone del mismo blindaje frontal que el cañón de asalto (80 mm), el carro de combate y en base a sus restantes cualidades es claramente superior, especialmente si se tiene en cuenta que los combates en terreno abierto, como es habitual en el sector sur, se desarrollan a grandes distancias y aquí la rapidez y la buena maniobrabilidad son determinantes. El carro de combate puede sustituir al cañón de asalto, pero este no puede sustituir al carro de combate. El cañón de asalto supone una ayuda local para la Infantería; el carro de combate alivia a la Infantería atacando de forma concentrada los flancos ó la espalda del enemigo cuando este ha penetrado en sus líneas y crea las condiciones necesarias para volver a recuperar el terreno perdido por la Infantería. La madurez y la seguridad de la producción del Panzer IV le convierten dentro de las tropas acorazadas actualmente todavía en inprescindible. Una disminución de la producción del panzer IV en favor de un mayor número de cañones de asalto, medida que una vez introducida no podría ser rapidamente revocada, supondría la mutilación del Arma Acorazada y tendría consecuencias negativas.


Los principios hasta ahora presentados en base a las condiciones del Este son generalmente igual de válidos para los frentes del Oeste y el Sur.


Aquí, y especialmente tras el início de nuevas operaciones, el Arma Acorazada podrá volver a ser empleada en base a los probados conceptos de operaciones a los que debe sus mayores éxitos.


La guerra no puede llevarse a cabo de forma indefinida como una guerra pasiva y defensiva, pero aún y así y en ese caso, nos encontraríamos una y otra vez ante la necesidad de combatir de una forma móvil. La mayor esperanza de lograr éxitos determinantes, tras la pérdida de capacidad de combate de otras Armas, reside en el mantenimiento inflexible de una potente Arma Acorazada.


El Arma Acorazada alemana ha probado este año por primera vez sus nuevas armas en el frente, si bien no se ha dispuesto de ellas en un número suficiente y ademas han sido empleadas sin que su desarrollo hubiese sido finalizado. Debido a una série de pequeños problemas, efectos secundarios necesarios y temporales en todo nuevo diseño, en algunos sectores del frente se han producido un gran número de pérdidas por motivos técnicos, lo que ha provocado en algunos mandos militares una errónea impresión sobre la calidad de los nuevos carros de combate. Estas pérdidas, cuyas consecuencias se han agravado por la actual situación (retirada, operaciones fragmentadas y la falta de un suficiente suministro técnico) ademas de la falta de tiempo para la realización de una suficiente instrucción de la tropa, no deben de llamar a engaño: los nuevos carros de combate alemanes son muy superiores a los rusos y a los anglosajones. Los efectos de esta superioridad deberán de notarse este año que viene. El carro de combate Tiger a día de hoy ha superado practicamente todos sus problemas iniciales y se ha ganado ya, incluso en operaciones con vehículos aislados, un gran respeto del enemigo. El Panther se encuentra en el buen camino de liberarse de los problemas que todavía sufre. Los inalcanzables rendimientos de tiro de los cañones de 8,8 cm y 7,5 cm así como su gran puntería suponen un hito dentro del desarrollo armamentístico.


El mantenimiento y el refuerzo del Arma Acorazada alemana es hoy, cuando nuestros enemigos han alcanzado una producción anual de aproximadamente 50.000 carros de combate y cuando sus tropas acorazadas son usadas correctamente en base a los eficaces principios de operaciones alemanes, más importante que nunca.


Por todos estos motivos debo de advertir muy insistentemente de, en base a la actual situación, tomar rápidas decisiones sobre la organización del Arma Acorazada que pudieran tener consecuencias desastrosas. El germen de la victoria no reside en fortalecer excesivamente nuestras armas defensivas sinó en encontrar una sana relación entre el resto del Ejercito y el Arma Acorazada.


Pido por este motivo el apoyo de mi reclamada retirada planificada y refresco de las divisiones acorazadas del Ejercito del Este. Al sustituir de forma sistemática las divisiones del Este por potentes divisiones del Oeste y el Sur, fortalecemos las defensas en el Este y dotamos a las divisiones acorazadas de un plazo de tiempo indispensable para incorporar el nuevo material así como para instruir en él a la tropa, y todo esto sin poner en peligro la capacidad defensiva del resto de frentes de guerra.




II.

Tras haber descrito la necesidad de la sustitución sistemática y el refresco de las divisiones acorazadas del Ejercito del Este, quiero comentar que el terreno montañoso de los Apeninos y de los Balcanes es muy poco favorable para el uso de divisiones acorazadas. Por este motivo propongo el que las divisiones acorazadas y divisiones de infantería motorizada que luchan ó que se encuentren estacionadas en esas regiones sean sustituidas por divisiones de infantería ó de montaña y que sean enviadas al frente de guerra del Este, siempre y cuando no sean necesitadas como reserva móvil en el Wacht am Rhein; para asumir esta última función bastan divisiones en refresco.




III.

Las medidas explicadas al início para mantener y reforzar las divisiones acorazadas y de infantería motorizada como reservas móviles del Ejercito y tropas de ataque, nos fuerzan urgentemente a reforzar la capacidad defensiva de la Infantería contra grandes fuerzas acorazadas enemigas. De todos los informes se desprende que esta capacidad de defensa es en la actualidad totalmente insuficiente, y aquí reside el estancamiento de la capacidad de resistencia de la Infantería (informe de la 16.Pz.Gren.Div.).


Los grandes anchos del frente de una división (15 a 30 Km) obligan a integrar organicamente en ella eficientes armas anticarro y cazacarro, pues todos los medios de combate que sean reclamados por mandos superiores, especialmente en la época del barro y en invierno, llegarán demasiado tarde. Cuando estos medios alcanzan sus objetivos generalmente el destino de la infantería en las posiciones más avanzadas estará sellado. Cuando una infantería ha sido arrollada varias veces por un ataque acorazado sin que nadie pudiera socorrerla, esta infantería ya no resiste. Aquí es donde hay que actuar.


La Estructura de Guerra (Kriegsgliederung) de la 'División de Infantería 1943' prevee por el momento unicamente una compañía cazacarros formada por 12 cañones de 7,5 cm remolcados. En mi opinión esto no es suficiente. Por este motivo propongo el equipar urgentemente el Batallón Cazacarros de la División de Infantería con una compañía de cañones de asalto, cazacarros ligeros ó bien cañones autopropulsados. Sirviéndose de un determinado número de Batallones de Cañones de Asalto esta medida podría llevarse a cabo hasta el 31.12. de este año. Una segunda compañía del Batallón Cazacarros de la División sería armada con cañones remolcados de 7,5 cm. Las existencias de cañones de 8,8 cm Pak 43 podrían integrarse igualmente en los batallones cazacarros.


Estoy seguro que la integración orgánica de cazacarros ligeros y cañones de asalto en la División de Infantería aumentará notablemente la resistencia y el espíritu de lucha de la Infantería. Deben de aceptarse las desventajas temporales de una reducción del número de unidades cazacarros y de cañones de asalto del Ejercito, desventajas que podrían ser reducidas manteniendo la capacidad de las divisiones acorazadas.


En el futuro los Batallones de Cazacarros del Ejercito serán equipados con los cazacarros pesados fabricados en base a los chásis del Panther y del Tiger así como con Hornissen, de forma que la anteriormente comentada desventaja sería compensada.